Entre hits y sapucai, Calamaro llenó de rock el Cocomarola

DESPEDIDA DE ARGENTINA. Andrés Calamaro eligió Corrientes para despedirse de Argentina y de la gira que lo llevó por varias ciudades de Latinoamérica. Con un repertorio que recorrió su historia musical desde Los Rodríguez y sus mejores canciones como solista, hizo emocionar al público del taragüí. 

Fue una de esas noches correntinas como le gustan a los artistas que visitan esta calurosa ciudad del Norte argentino. El Anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola estuvo a pleno desde temprano porque la invitación decía que Andrés Calamaro, "El Salmón", iba a ser puntual.

Y así fue. Cinco minutos después de las 21 subió al escenario acompañado por Mariano Domínguez en el bajo, Martín Bruhn en batería, Germán Wiedemer en piano y Julián Kanevsky en guitarras para romper el hielo con Bohemio y en el último verso de la canción pidió un sapucai. "Te quiero porque a pesar de todo, me vas a seguir queriendo un poco más. Permite que me saque el sombrero para saludarte, sapucai". 

 Casi enganchadas siguieron Cuando no Estás, Verdades Afiladas y Para no Olvidar. El delirio de los fans fue total. En menos de 15 minutos recorrió más de diez años de historia. Pero faltaba muchísimo más. 

"Hola Taragüí, gracias Corrientes, gracias Dibu", dijo en el saludo inicial para recordar que estamos en plena competencia mundialista y él, gran hincha de Independiente, es un futbolero que sigue de cerca el torneo más importante. 

Inmediatamente, dio un nuevo salto hacia atrás con Mi Enfermedad y el clima de fiesta fue cada vez más arriba. El auditorio estaba compuesto por hombres y mujeres de todas las edades y Andrés, desde el escenario Osvaldo Sosa Cordero, estaba dispuesto a saciar las ganas de rock and roll de cada uno de ellos.

Siguieron All you need is pop, del disco El Salmón; Tantas Veces y Rehenes, ambas de Bohemio; y Los Aviones de Honestidad Brutal. Luego sorprendió con un comentario: "Se lo vio por una plaza de Esquina, Corrientes...", y arrancó Maradona con imágenes del eterno 10 en la pantalla gigante de fondo.

Otra vez, casi enganchadas llegaron Esperame en el Cielo; Estadio Azteca; Tuyo Siempre; La Parte de Adelante y Loco. Allí la gran sorpresa de la noche. Para hacer el solo de guitarra de Loco apareció en el escenario el legendario Juanse, de Los Ratones Paranoicos.

La locura era total. Con Juanse en escena siguieron Me Arde y Para Siempre. El pogo y el coro de los espectadores le daba un marco especial. Por un rato parecía una cancha de fútbol a pura algarabía; y por otro lado había nostálgicos y nostálgicas que se secaban las lágrimas de emoción. 

Los acordes de Sin Documentos no dieron respiro. La noche estaba muy arriba y así lo confirmó cuando siguió la set list con El Salmón. Para que todos los que estábamos a puro salto tomáramos un poco de aire, pisó el freno con Flaca pero rápidamente volvió a subir el tono con Alta Suciedad y el fin estaba llegando, no sin antes buscar desde el público una bandera del Gauchito Gil por quien siempre manifestó su devoción.

Antes del epílogo, presentó a sus músicos y recordó que estaban tocando en la tierra de "Cocomarola, Isaco Abitbol, Tarragó Ros y Nini Flores". Agradeció una vez al público y arrancó Paloma para empezar a despedirse. 

Después de la ovación volvió para los bises: Crímenes Perfectos y Los Chicos, mientras en la pantalla pasaban imágenes de Mariano Mores, Sandro, Miguel Abuelo, Federico Moura, Luca Prodan, Julián Infante, Guille Martín, Pil, Willy Crook, Palo Pandolfo, Marciano Cantero, Pappo, Luis Alberto Spinetta y Gustavo Cerati. El último en aparecer fue Maradona, quien se volvió a robar una ovación.

Después de abrazar a sus músicos, Andrés se retiró tirando unos movimientos de torero utilizando su saco como capote, mientras por los parlantes sonaba un pasodoble. Calamaro  en Corrientes volvió a mostrar su mejor versión para hacernos recordar que es parte de la historia viva del rock nacional.