Asesinó a tiros a su cuñado por haber apuñalado a su caballo

BALACERA EN EL BARRIO JUAN DE VERA La víctima presentó al menos tres impactos de bala en el cuerpo. El arma aún no fue encontrada por los investigadores, ya que el asesino dijo que la tiró al río. Sospechan que detrás del incidente hay otros motivos que hicieron confrontar a los parientes.

La inusual tranquilidad de la noche del lunes en el barrio Juan de Vera, se vio quebrada por varios disparos de arma de fuego. La pelea entre dos hombres terminó con uno de ellos asesinado de tres balazos a manos de su propio cuñado y el motivo que investiga la Policía tendría relación con el ataque a cuchillazos que la víctima le propinó al caballo de su verdugo. El hecho conmocionó a todo el barrio, ya que la víctima cayó casi sin vida a metros de la Comisaría 12ª. La familia vengó la muerte incendiando la casa del acusado.

 

Según informaron fuentes policiales, todo comenzó cuando Diego A., de 25 años, le causó graves lesiones al caballo de su cuñado identificado como J. A. Sotelo, alias "Papi". Al parecer, entre los hombres ya había rencillas sin dirimir y una de las hipótesis que barajaban los investigadores podría tener relación a la negativa de Sotelo de recibir artículo de dudosa procedencia que Aguirre llevaba a su casa. Esta situación ya había generado rispideces en el seno familiar, sobre todo porque sospechaban que "Papi" había ventilado las actividades de su cuñado a las autoridades policiales.

Siempre según algunas teorías de los investigadores, todo esto habría sido causal para que A., el lunes por la tarde, atacara a cuchillazos al caballo de Sotelo para luego darse a la fuga. Al ver lo sucedido, el amo del equino lo buscó, discutieron fuertemente por calle Zárate al 3000 del barrio Juan De Vera. Sotelo había llegado armado y pese a que A. intentó calmarlo, su cuñado lo ejecutó de varios disparos. Logró darle tres balazos en distintas partes del cuerpo. El herido se alejó rumbo a la Comisaría 12ª, ubicada a solo tres cuadras del lugar. Algunos aseguran que fue a pedir ayuda a los uniformados, pero se desplomó moribundo a escasos metros de la dependencia.

Noche de furia
 

A. fue trasladado por la Policía en la caja de uno de los patrulleros. Todavía tenía signos vitales, pero al ingresar al hospital Vidal ya había fallecido. Sus parientes colmaron el ingreso al hospital y se produjeron algunos incidentes. Hubo una furia incontrolable, por lo que en minutos la calle Necochea, entre Héroes Civiles y J. R. Vidal, se llenó de patrulleros. La familia recibió la noticia de la muerte casi al mismo tiempo que se enteraron que Sotelo había sido detenido, mientras pretendía esconderse en la casa de una hermana en el barrio Quilmes. Ya no llevaba el arma de fuego consigo. Le dijo a la Policía que la había tirado al río.

 

La furia familiar se trasladó hasta calle Quito y Hernandarias. Destrozaron y prendieron fuego la casa del sindicado asesino. La finca pertenece a la hermana del joven fallecido, que además es esposa del atacante. Una vez más, varios móviles policiales y bomberos llegaron para intentar salvar algo de las llamas. La investigación aún está activa. La Justicia ya citó a declarar a varios testigos para ir armando el rompecabezas y desentrañar la verdadera historia detrás del crimen.